Azulado
Me gustaría morir sentado en un sillón de esos que sólo son para abuelos y donde ni las polillas se atreven acercarse. Un minuto antes de cerrar los ojos quiero extasiarme con la canción de turno a decibeles poco usuales. Quiero que haya bulla, que la gente haga el amor por sólo gusto y que mi casa huela a chocolate y a madera.
Ya en el letargo no quiero recordar nada de mi vida sino empezar a deambular como un transeúnte citadino, en medio de una calle inmensa atiborrada de vendedores ambulantes, con el caos de los autos dándole puños a mis tímpanos.
En particular quiero ser besado por sorpresa, cuando haya dejado las ganas en el bolsillo izquierdo de mis amores anteriores, que por lástima debí dejarlos humillados al olvido inseparable de un aplauso.
Se les recordará como la carta que nunca recibí de los Reyes Magos. Las tendré en mente cada vez que quiera prolongar el acto santo de una excitación mal ávida. Y a unos minutos de quedar congelado por la noticias, deseo que mi cadáver tenga el mismo color del cielo, para que puedan decir que siempre estuve…
Ya en el letargo no quiero recordar nada de mi vida sino empezar a deambular como un transeúnte citadino, en medio de una calle inmensa atiborrada de vendedores ambulantes, con el caos de los autos dándole puños a mis tímpanos.
En particular quiero ser besado por sorpresa, cuando haya dejado las ganas en el bolsillo izquierdo de mis amores anteriores, que por lástima debí dejarlos humillados al olvido inseparable de un aplauso.
Se les recordará como la carta que nunca recibí de los Reyes Magos. Las tendré en mente cada vez que quiera prolongar el acto santo de una excitación mal ávida. Y a unos minutos de quedar congelado por la noticias, deseo que mi cadáver tenga el mismo color del cielo, para que puedan decir que siempre estuve…
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